¿Quién paga un servicio funerario si no hay familiares?

Dejar todo bien atado nos facilita las cosas

Un féretro en un funeral.
Un féretro en un funeral.

Por fin hemos aprendido que más allá de ser un tema tabú, encargarse en vida de organizar un seguro de decesos evita muchos líos. Del mismo modo en que organizamos e invertimos en otros aspectos de la vida, es nuestra responsabilidad dejar bien atado este último tramo para ahorrar a los familiares y herederos ese rompecabezas que es bien sabido que en un momento tenso y amargo, conlleva a veces discusiones. Pero es que además la situación se complica en el caso de ausencia de familiares que puedan hacerse cargo. También hay una solución para esto.

Y esa solución pasa por tener atado un seguro de decesos cuando no existan familiares que se haga cargo de los trámites funerarios y administrativos tras la defunción. Es una situación que está prevista en el sector funerario y en el legal, desde donde recomiendan tener la mayor planificación posible.

Y es que eso se traduce en un ahorro de dinero y en una inversión no sólo post mortem sino también en vida, ya que un seguro de decesos incluye otros muchos servicios además del plano estrictamente funerario, como son descuentos en medicina privada, acceso a nutricionistas, asistencia médica telefónica, asesoría con el testamento online para dejar los bienes a cualquier persona o institución que se desee (es una de las cuestiones más importantes que hay que dejar resueltas) e incluso aspectos como el borrado de la huella digital tras el fallecimiento (nuestra presencia online es potente y hay quien prefiere suprimirla), o un seguro para la mascota si se tiene.

Porque para estos casos en los que no hay familiares que puedan hacerse cargo, los seguros tienen acuerdos con empresas para que se hagan cargo como corresponde de los animales de compañía. Se gestiona incluso todo lo necesario para que una empresa se encargue de limpiar y vaciar la vivienda si así se solicita.

Ser previsor ahorra en muchos sentidos

Teniendo en cuenta todas las ventajas, es comprensible que se haya disparado el número de personas que pagan por adelantado los servicios funerarios, ahorrando así a los demás un enjambre de decisiones que en España han de tomarse en un plazo de 24 o 48 horas. Antes había un cierto rechazo a planificar qué ocurrirá cuando no estemos pero hemos entendido que no tiene precio dejar las cosas resueltas a nuestra voluntad, y ahora tenemos la suerte de poder asesorarnos de todas las opciones y tomar las decisiones adecuadas personalmente antes de un desenlace que de todas maneras es inevitable.

El papel del Ayuntamiento cuando no hay familiares

Si nadie reclama un cuerpo y no se conoce quiénes son los herederos o familiares, son los servicios sociales del Ayuntamiento quienes tienen la obligación de hacerse cargo aunque no será gratis. El consistorio cobrará lo que pueda reclamar de los bienes que deja la persona fallecida o de sus herederos, a los que buscará para hacerse cargo de los gastos.

Todas las personas merecen una despedida

Por todos estos argumentos y para asegurar una despedida sin complicaciones y con todos los trámites necesarios, es mejor tener un seguro que además podemos personalizar y disfrutar ya en vida. Ante un hecho inevitable la decisión más inteligente es dejar todo en manos de una compañía de seguros de decesos que nos asesore personalmente de las diferentes opciones en función de nuestra situación así como de los factores que influyen en el precio.

 

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