Un policía que se enfrenta a dos años de cárcel por pegar a un detenido defiende que se obcecó al ser amenazado

La víctima afirma que no le dejaron ir al baño y le llamaron 'moro de mierda'

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Un agente de Policía Nacional que se enfrenta a dos años de cárcel por pegar a un detenido tras orinarse en el calabozo ha declarado este miércoles ante un tribunal que llevaba tres noches sin dormir por cuidar a su hija y se "obcecó" y no se pudo contener al ser amenazado con que le iba a contagiar una enfermedad.

Su compañero, el coordinador, también acusado en este procedimiento, ha justificado que no intervino en los hechos para "no empeorar" una situación "muy peligrosa" porque su compañero estaba "fuera de sí" y el detenido bajo alguna sustancia. La víctima, por su parte, ha asegurado que no le dejaron ir a baño y le llamaron 'moro de mierda'.

El juicio contra los dos agentes ha comenzado este miércoles en la sección tercera de la Audiencia de Valencia y Fiscalía les acusa de agredir a un detenido que custodiaban en un calabozo del complejo policial de Zapadores de València. Los hechos ocurrieron en la madrugada del 29 de agosto de 2019 cuando la víctima, detenida esa noche por un delito de contra la salud pública, solicitó reiteradamente ir al baño.

Sin embargo, los agentes, según el relato del ministerio fiscal, le comunicaron que no podían llevarlo en ese momento y el detenido se orinó en el suelo. En ese momento, los dos acusados entraron y uno de ellos comenzó a darle puñetazos hasta que cayó al suelo, lo que aprovechó para darle patadas. El otro procesado no intentó de ninguna manera evitar la agresión, que duró cerca de un minuto.

Por estos hechos, la Fiscalía pide una pena de prisión de dos años para el primer agente por un delito de atentado y otro de lesiones y para el otro encausado solicita provisionalmente un año de prisión por un delito contra la integridad moral.

En la vista, el acusado de la agresión, que es agente desde 2007 y estuvo en Zapadores desde 2016 a 2019, ha explicado que esa noche entró de servicio sobre las 23 horas aunque dudó de ir a trabajar porque se encontraba mal tras tres días dormir porque su hija estaba mala.

El agente, que ha señalado que desconoce por qué el interno se orinó en el suelo, ha admitido: "Actué de muy mala manera, no he actuado así en mi vida, no sé qué se me pasó por la cabeza". Al respecto, ha relatado que al cachearle le encontró drogas escondidas en sus genitales y por ello el detenido centró sus amenazas, --asegura que le dijo 'te voy a arruinar la vida' o 'sin uniforme no te atreves a hablarme'-- contra él.

Sin embargo, cuando ya dentro del precalabozo le dijo que tenía una enfermedad infecciosa y que le iba a contagiar, ha contado, "ya no me pude contener hasta que me paré a pensar las cosas, lo mal que lo había hecho, frené en el momento y salí del calabozo y mi compañero me siguió".

Ha afirmado no recordar bien dónde le dio las bofetadas, "por el vídeo parece que en la cabeza", pero ha negado darle patadas: "nunca, jamás". "Todo pasó tan rápido que ni recuerdo cómo reaccionó el detenido, la verdad es que ni lo escuchaba", ha asegurado.

 

Según su relato, fue cuando el detenido estaba ya en el suelo fue cuando vio a su compañero, no antes. "En ese momento estaba obcecado en que me quería contagiar, no sé por qué porque por la orina no se puede, y no escuche a nadie", ha insistido. El se marchó sin hacer parte de lo ocurrido al finalizar su servicio, tras comprobar que el detenido "no tenía nada" y que solo quería dormir. Sus compañeros tampoco le notificaron que presentara fracturas.

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