Los Charlines recurren a un abogado de oficio tras su última detención

Han decidido no acudir a su antigua letrada, Bárbara Royo, al entender que no hay indicios que les relacionen con las 2,7 toneladas de cocaína incautadas

manuel charlin
El líder de los Charlines, Manuel Charlín.

Manuel Charlín Gama, patriarca del clan de los Charlines, uno de los más poderosos dentro de la red de contrabando de drogas en Galicia, salió de prisión en 2010 tras cumplir una condena de veinte años de cárcel por narcotráfico.

Lo hizo acompañado de su abogada, Bárbara Royo García, sobrina del conocido periodista deportivo José María García. No volvió a saberse nada más del narco ni de su familia hasta que se publicó el libro Fariña, cuyo éxito ha llegado a Netflix, que ha adquirido los derechos de la serie homónima de Atresmedia para reproducir los capítulos.

Y hasta el pasado jueves, cuando Charlín fue detenido junto a su hijo Melchor durante la operación Barranca Bermeja. Mientras los agentes del Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (Greco) de la Policía Nacional se incautaban de 2,7 toneladas de cocaína en alta mar, frente a las islas Azores, el patriarca del clan de los Charlines era detenido en su domicilio de Vilanova de Arousa (Pontevedra).

Fue trasladado a los calabozos de la Policía Nacional en Vigo junto a otras 18 personas y pasaron a disposición judicial al día siguiente. Y tras tomarles declaración, el titular del juzgado de instrucción número 4 de Vigo, Juan Carlos Carballal, que había coordinado la operación, ordenó su puesta en libertad el sábado. También quedaron libres otras 14 personas. No llegaron a pasar 48 horas entre rejas.

Confiados en su defensa

Una vez detenidos, los agentes informaron a los Charlines de su derecho a ponerse en contacto con su abogado para coordinar su defensa. Sin embargo, el capo del clan no contactó con Royo, sino que solicitó un letrado del turno de oficio.

Fuentes consultadas por Confidencial Judicial afirman que Charlín confiaba en su rápida puesta en libertad, tal y como ordenó el juez. Por eso, no consideró necesario recurrir a Royo.

Efectivamente, Charlín padre y Charlín hijo abandonaron el juzgado tras responder solamente a las preguntas de su abogado, negándose a atender al fiscal y al juez. A su defensa le bastó unos minutos para desmantelar la tesis del Ministerio Público, que no logró demostrar la implicación de los narcos en el transporte del alijo a las playas gallegas.

Exculpados gracias a la red de narcos

Y es que Víctor Pérez, uno de los colaboradores de los Charlines, ha ido ganando protagonismo en el negocio, hasta el punto de que Manuel y Melchor Charlín no aparecen en ningún documento o propiedad vinculada al barco Titán III, que llevaba el alijo desde Colombia, pasando por Senegal.

La investigación aún no ha determinado si la ausencia de los Charlines en las pruebas de esta descarga es intencionada o se debe a que se están viendo desplazados por Pérez. Lo que sí ha afirmado el juez Carballal es que padre e hijo deben comparecer en el juzgado cada 15 días porque les considera los principales beneficiados de la descarga y del negocio del narcotráfico que aún se da en la ría de Arousa.

 

En la operación Barranca Bermeja han participado agentes de la Greco, la Unidad de Drogas y Crimen Organizado, la Guardia Civil, Vigilancia Aduanera y la Ertzaintza, ya que el barco empezó a transportar droga desde el puerto de Bilbao en 2016.

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