Puigdemont se ha propuesto llevar a Llarena al Tribunal Europeo de Derechos Humanos

Forma parte de una calculada estrategia legal para internacionalizar el procés y presentarlo como un litigio entre España y Cataluña

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.

La demanda civil presentada por Carles Puigdemont y otros cuatro ex consellers contra el juez Llarena tiene más consecuencias de las que se perciben a primera vista.

Según ha podido saber Confidencial Judicial, es sólo el principio de una estrategia dirigida no tanto a recusar al magistrado de la instrucción del 1-O, que también, sino sobre todo a contribuir a internacionalizar el procés de una manera mucho más eficaz que las anteriores.

Las fuentes consultadas explican que la demanda ha sido interpuesta en Bélgica de manera totalmente calculada. La defensa de Puigdemont le emplazó a hacerlo en Bruselas para agilizar los trámites que eleven el procedimiento al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Porque éste es el propósito del ex president: que el caso tenga el suficiente recorrido como para que llegue cuanto antes a Estrasburgo, algo que es posible si la demanda se tramita desde un país extranjero y no desde el de origen. Es decir, la causa pasaría directamente del tribunal belga al TEDH, sin que ni el Supremo ni el Constitucional tuvieran que pronunciarse antes.

Este ha sido el objetivo de los ex miembros del Govern desde que fueron imputados por la celebración del referéndum de independencia, tanto de los que están presos como de los que han huido de la Justicia.

Vídeo del día

Isabel Díaz Ayuso: El Dos de Mayo muestra un Madrid "resonante"
y una España que nunca se rindió

 

Y, tanto si los jueces belgas fallan a favor de Puigdemont como si lo hacen en contra, la determinación del ex president es acudir al TEDH para reclamar una nueva sentencia y utilizar el tribunal como altavoz de los protagonistas del procés.

Además, la defensa de los independentistas maneja la posibilidad de que el tribunal de Estrasburgo pueda denominar el caso como el de España contra Cataluña, algo que cumpliría con creces, según las mismas fuentes, las expectativas del ex president y los ex concelleres que le acompañan en la demanda contra Llarena.