Mohínes de disgusto en Alemania
El lunes, tuvo lugar la apertura del año judicial, escenificado en un acto en el Tribunal Supremo, como viene siendo habitual. Tanto la fiscal general del Estado, María José Segarra, como el presidente del TS y del CGPJ, Carlos Lesmes, pronunciaron un discurso.
Fue el primero de Segarra y el último de Lesmes, ya que ya ha repetido mandato al frente del Consejo y en la próxima renovación no optará a presidirlo de nuevo, tal y como marca la ley.
En un momento de su intervención, Lesmes aludió a la “grave incertidumbre” que recientes decisiones judiciales de otros Estados de la UE han generado al interpretar de forma unilateral conceptos jurídicos autónomos del denominado espacio europeo de libertad, seguridad y justicia; lo que ha provocado “la generalizada percepción de una irremisible pérdida de virtualidad de ciertos instrumentos de cooperación judicial” basados en la confianza mutua, según reza una nota de prensa del CGPJ.
Se refería al tribunal de Schleswig-Holstein alemán, que denegó la extradición del ex president catalán, Carles Puigdemont, por un presunto delito de rebelión.
Estas palabras, según ha sabido Confidencial Judicial, han recibido la aprobación de buena parte de las autoridades germanas, que tampoco han entendido la decisión del tribunal, pero a la vez, han generado malestar en otros ambientes jurídicos teutones, que han leído las palabras de Lesmes y las han considerado exageradas.
