Aumenta el número de mujeres en la carrera judicial pero siguen poco presentes en las presidencias

A pesar de que son mayoría al empezar, cuando se trata de llegar a altos cargos se ven lastradas por los cuidados familiares

Mujeres de la Asociación de Mujeres Juezas.
Mujeres de la Asociación de Mujeres Juezas durante la huelga del 8M.

En el año 2013, cuando Carlos Lesmes fue nombrado presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, prometió fomentar el acceso de las mujeres a la cúpula judicial.

En ese momento, tan solo una mujer presidía uno de los Tribunales Superiores de Justicia, cinco presidían audiencias provinciales y había diez magistradas en el Supremo.

¿Cómo han cambiado las cosas desde entonces?

En los Tribunales Superiores de Justicia sigue siendo igual el número de mujeres que presiden: una. Se trata de Pilar de la Oliva Herrades, presidenta del TSJ de Valencia.

En el caso de las Audiencias Provinciales, el número se ha doblado: se ha pasado de cinco presidentas a diez -en Álava, Almería, Jaén, Málaga, Ciudad Real, Guadalajara, León, Ávila, Valencia y Navarra-.

Según datos del CGPJ, en el Tribunal Supremo también han aumentado en número, al pasar de 10 mujeres a 15 en seis años. La proporción es de algo menos del 20 % (el 18,8 %, según el informe).

Paritario en los bajos cargos, disminuye en los altos cargos

De los 5.419 jueces y magistrados en activo a 1 de enero de 2019, 2.923 eran mujeres (el 53,9 %) y 2.496 hombres (el 46,1 %). Eso deja entrever que la falta de mujeres dentro de la carrera judicial no es la causa de su poca presencia en cargos altos.

Las mujeres son una amplia mayoría entre los jueces y magistrados menores de 50 años, mientras que a partir de esa edad son mayoría los hombres. Esto es determinante a la hora de "subir de categoría" dentro de la carrera judicial.

Desde el CGPJ señalan la importancia de poner en contexto la edad media de los magistrados destinados a cada órgano, ya que a mayor edad más posibilidades de entrar en órganos como la Audiencia Nacional o el Tribunal Supremo.

En la Audiencia, la media de los magistrados es de casi 60 años; en este punto, las mujeres suponen casi la mitad en el rango de edad entre los 51 y los 60, mientras que suponen una minoría (26,9 %) a partir de los 51 años.

 

¿Y en el Tribunal Supremo?

Con la edad, sucede lo mismo: la media de edad de los magistrados es de 64 años. En ese rango de edad -entre los 61 y los 70- las mujeres representan el 26,9 % de la carrera.

Las mujeres en este órgano solo suponen un 20 %, un dato que en principio parece bajo - señalan desde el CGPJ - pero que es la proporción más alta de mujeres con la que ha contado el Tribunal en su historia.

En los cuatro primeros mandatos del Supremo no se nombró a ninguna mujer. Fue a partir del quinto, en 2001, cuando se nombraron a siete. En el sexto mandato a tres y en el séptimo a siete.

Desde el Consejo señalan que durante el mandato actual se hizo el primer nombramiento de una mujer para la Sala de lo Penal, además de haber, por primera vez, al menos una mujer en cada una de las cinco salas.

Sin embargo, ninguna de ellas preside ninguna de las salas. Es decir, nunca una mujer ha sido presidenta de una sala del Supremo.

La Sala Cuarta es la única que cuenta con una composición paritaria (la primera de toda la historia del Supremo).

¿Por qué se quedan atrás?

Tanto desde las Asociaciones como desde el Consejo General del Poder Judicial señalan que se trata de un "proceso lento" en el que se ha avanzado mucho pero en el que aún queda mucho por hacer.

Hasta 1966, la carrera judicial estuvo legalmente prohibida a las mujeres. Sin embargo, más de 50 años después ya representan más de la mitad de los magistrados y jueces en activo en España.

No fue hasta 1972 cuando una mujer, María Jóver Carrión, se convirtió en la primera mujer jueza de España en un distrito que ya no existe en España. Tenía entonces 28 años.

La primera mujer que aprobó las oposiciones a juez de primera instancia fue Josefina Triguero Agudo, en diciembre de 1977.

A pesar de haberse ido incorporando poco a poco a la profesión, ellas se han quedado más atrás cuando se ha tratado de presidir y tener presencia en algunos órganos importantes.

Desde asociaciones judiciales como la Asociación de Mujeres Juezas o Jueces y Juezas para la Democracia destacan que se quedan "rezagadas" porque siguen destinándose más que los hombres al cuidado de los hijos y familiares.

Algunas de estas asociaciones están planteando al CGPJ que estudie establecer que el cuidado de hijos y familiares compute como puntos para ascender en la carrera - tanto para hombres como para mujeres -.

De esta forma, no solo se ayudaría a conciliar la vida familiar sino que además promovería el ascenso de las mujeres en la carrera judicial, al ser ellas en una mayoría las que "desatienden" el trabajo para dedicarse a los cuidados.

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