Un preso hiere con cristales rotos a cuatro funcionarios de una cárcel
Los trabajadores de la prisión de Albocàsser, en Castellón, habían advertido de que no procedía relajarle las medidas de seguridad
La sección sindical Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (ACAIP) critica que el preso “tiene uno de los peores expedientes penitenciarios con varias agresiones a funcionarios e, incomprensiblemente, la dirección y el equipo técnico del centro penitenciario decidieron relajar hace un mes las medidas de seguridad y pasar al interno a un régimen de vida más laxo, por lo que estas agresiones eran evitables”.
Esta decisión fue desaconsejada por los funcionarios del departamento de aislamiento, entre los que se encuentran varios de los heridos por este interno en la tarde del domingo.
Los hechos sucedieron el pasado domingo, 13 de septiembre, por la tarde en el Centro Penitenciario de Albocàsser (Castellón), que es una de las prisiones más conflictivas de España.
Con gran violencia, el interno destrozó la celda y dos cristales rotos atacó a los funcionarios, hiriendo a tres de ellos, de los cuales dos con importantes cortes.
Otro de los funcionarios resultó también herido y tiene una posible fractura de la mano a causa de los golpes que recibió.
Los heridos fueron atendidos por la enfermera del centro, y luego posteriormente en un hospital de la capital de la provincia, ya que carece de médico durante el fin de semana.
ACAIP ha reclamado “más personal y mejores condiciones, incluyendo una formación más adecuada”.
Una de las cinco prisiones con más internos de primer grado
El Centro Penitenciario Castellón II, situado en Albocàsser, cuenta con más de 40 internos de primer grado (los más peligrosos del sistema penitenciario) y se encuentra entre los cinco centros españoles con más presos en esta situación.
Además, la prisión de Albocàsser supera la media nacional respecto a internos hombres reincidentes, es decir, aquellos que ya han pasado en varias ocasiones por prisión y que suelen ser más conflictivos y protagonizar incidentes y agresiones con más frecuencia.
Llama la atención, a lo largo de estos más de 11 años que la prisión lleva en funcionamiento, “la constante fuga de trabajadores de la prisión por su conflictividad”, señalan desde ACAIP.
